Seguramente a usted le han dicho que nuestra vida se
desarrolla como la actividad de un avión, simplemente porque dichos aparatos
alados se mantienen en el aire solamente cuando avanzan. Trágicamente cuando
detienen su velocidad de desplazamiento caen a tierra. Y lo horrible de esta
enseñanza es que usted no puede dejar de estudiar, trabajar, emprender,
comerciar, crear y cualquier otra actividad porque el mundo lo va a pasar por encima,
será un excluido y le “pisaran la cabeza”. Su empresa debe crecer, debe tener
cada día más amigos, debe bajar de peso y correr y debe tener su novio o novia.
Pero parece que no es suficiente porque usted debe correr y correr hasta que su
empresa sea una multinacional, su redes sociales lleguen a millones de amigos,
gane los cien metros llanos, se case, y tenga muchos hijos y nietos. Si no se
esfuerza en todo esto, lo mismo que un avión caerá a tierra y será un fracasado.
Pero la verdad es que, nuestra vida se desarrolla como la
actividad de un naufrago, nadamos un buen tiempo, luego descansamos haciendo la
plancha, después nadamos otro tramo y otra vez la plancha. “La plancha” es el
primero y fundamental ejercicio para relacionarnos con el agua al entrar a una
pileta. El objetivo es acostarnos en el agua permitiendo que ella nos sustente
como un colchón. De esta forma podemos flotar sin ningún esfuerzo; para deslizarnos tendremos que aprender a
nadar. No podemos nadar si no sabemos flotar porque nos vamos a hundir. De la
misma forma nuestra vida se va ha hundir si pretendemos nadar sin antes haber
aprendido a hacer la plancha. Debemos aprender a descansar confiando en Dios.
Principalmente los jóvenes
deben comprender el engaño del “avión” porque están constantemente bombardeados
por el existimo actual y deben cumplir con todas las expectativas que se fijan
para ellos. Cuando en realidad es un tiempo cuando tienen que “hacer la plancha”
tienen que tomar tiempo para pensar y para disfrutar. Pero esta cultura no los
deja porque si se relajan un poco se los acusa duramente. No fuimos creados
para correr detrás de metas propósitos y objetivos, fuimos creados para vivir la
vida… haciendo la plancha. Son
motivados, empujados, estimulados, animados a correr detrás de grandes sueños,
y muchas veces esos sueños les impiden ver y disfrutar una preciosa realidad…
haciendo la plancha. Lo fundamental para el éxito en la vida es aprender a hacer
la plancha confiando en que Dios cuidará de nosotros.
Ricardo Chavez Cuello