El oro
como otros minerales no se encuentra en la naturaleza en estado puro. Tanto en
la antigüedad como actualmente las pepitas o granos de oro deben ser escogidas
y separadas de entre una gran cantidad de materiales que carecen de valor para
el buscador de oro. Es típica la imagen del buscador de oro que sumerge un
recipiente perforado en el fondo del rio para recoger arena. Luego cuando
escurre toda el agua se dedica a examinar entre los granos de arena con la
esperanza de encontrar algo de oro. El Apóstol Pablo dice: “no menosprecies la
profecía, examinadlo todo, retened lo bueno” (1Tesalonisenses 5:20-21) que es
un proceso similar al buscador de oro que examina y elige lo que le interesa. La profecía
son las palabras inspiradas por Dios que son dadas por un hombre. Todo ministro
de Dios debe saber que su predicación charla o discurso es como un gran rio
donde se pueden encontrar algunas pepitas de oro. Es una utopía esperar que
toda predicación sea un torrente de oro puro, con toda seguridad la mayor parte de lo
que se diga será de inspiración humana bien intencionada. Por todo esto yo ya
hace mucho tiempo aprendía ir a la Iglesia dispuesto para examinar todo lo que
se diga y escoger aquello de inspiración divina que vino mezclado con lo humano.
Siempre salí de la iglesia con una pepita de oro en mi bolsillo, incluso de
aquellas reuniones que luego pudieran ser criticadas. Así llegué a ser muy
rico, pero no lo suficiente, en comprender los propósitos de Dios.
El rio de
Dios al que tenemos que acercarnos para buscar el oro de su palabra inspirada
pura y perfecta, cada día está más contaminado. En tiempos anteriores se
contaminó con prácticas ocultistas, luego llegó la Nueva Era, el auto ayuda, el
pensamiento positivo, el yoga, y otros. Y lamentablemente en estos últimos
tiempos fue contaminada por la política. El consejo o sugerencia política que
un Pastor puede dar es el mismo que puede dar un profesional médico en la sala
de operaciones. Este último no puede pintar la sala de operaciones del color
relacionado al partido político del que simpatiza. Las salas son blancas, son imparciales.
Esto no quita que ambos, el Pastor y el
medico luego desde una tarima pública den su arenga política. Los Pastores
deben ser más profesionales en su trabajo, porque dar el consejo de Dios a las
personas tiene la misma delicadeza y cuidado que una operación a corazón
abierto. Porque normalmente el creyente va a la Iglesia con el corazón abierto
y es muy fácil de ser herido. De todas maneras, esto fue siempre así, el oro no
viene en barra, tenemos que buscar las pepitas de oro entre las arenas de las
enseñanzas humanas. Recordemos siempre que tenemos que escuchar todo, luego
examinarlo y retener lo bueno, que es una que otra pepita de oro del consejo de
Dios en el bolsillo o el bolso.
Ricardo
Orlando Chavez Cuello.