Vengo de una familia pobre, tampoco puedo decir tan pobre tan pobre, como dijo aquel que tratando de superar en sus necesidades a otro que dijo que ellos vivían a la intemperie. Entonces se apresuró a decir: -Nosotros ni siquiera teníamos intemperie- Teníamos intemperie, pero en honor a la verdad mi madre tenía bien guardado un documento denominado Certificado de Pobreza y que en esas épocas se tramitaba ante la autoridad comunal o municipal, esto permitía principalmente la asistencia de salud en forma gratuita mas otros beneficios sociales. Pero recuerdo que todas las navidades mis hermanas y yo hemos recibido un regalo que mis padres compraron con sus propios recursos. Nunca nos faltó el regalo de navidad. En cuanto al regalo de reyes cuando crecimos ya nos dábamos cuenta que siempre alguna vecina amiga nos llevaba a pasear con la intención de tener la casa libre para que mi padre escondiera los regalos debajo de las camas, donde los reyes supuestamente los habían dejado.
Luego, gracias a Dios, mi esposa y yo siempre hemos tenido el regalo de navidad y el de reyes para nuestros hijos. Y actualmente tengo una nieta y aunque es una beba debo pensar en estos regalos. El regalo de navidad tiene una gran importancia y trascendencia en la vida del niño y en la vida social. Pero mucho mas allá de lo importante que es la navidad desde el punto de vista espiritual de nuestra fe, vemos que se ha creado en una necesidad que no es tal, porque las necesidades son aquellos recursos que son fundamentales para la subsistencia de nuestra vida, tales como la comida, el agua, la educación, la salud, la vivienda y muchas otras que son imprescindible para la existencia del niño.Entonces debemos decir que el regalo de navidad no es una necesidad, y que es un deseo que ha sido creado, motivado y fogoneado por nosotros mismos al punto que casi lo confundimos con una necesidad, y lo transformamos en una cuestión de vida o muerte. Bueno sería que en esta navidad vayamos mas allá del regalo de navidad y tengamos en cuenta que el mundo de un niño no se arregla o fortalece con solo un regalo por año. Ojalá, Dios quiera que fuera así, pero hay niños que posiblemente el día antes no comieron y el día siguiente de navidad van a estar enfermos y no tienen medios para ser curados. O durante todo el año no tienen una escuela o un maestro o un voluntario que les enseñe lo fundamental para enfrentar la vida. Mi intención no es quitarle valor, sentimiento y emoción al regalo que usted comprará para sus niños. creo que solo quiero reflexionar sobre lo importante que es esto para nuestros niños.
En una comunidad medianamente prospera es lógico que aquel niño cuyo padre no puede comprarle algún regalo se va a sentir disminuido, y podemos ayudar proveyendole uno.Con esto no quiero echarle la culpa a usted de todo lo que pasa en el mundo, pero en el mundo hay millones de niños que no esperan un regalo de navidad, ellos esperan comida y medicinas, esperan pacificadores que motiven a sus padres a desistir de la guerra, esperan agua para dejar de consumir aguas contaminadas, esperan educación y cultura. Y muchos aunque no sepan lo que es, esperan poder jugar y divertirse como niños que son, y no tener que cargar pesadas cargas padeciendo el trabajo infantil. En realidad estos niños necesitan que cada día les demos un regalo de navidad que cubra sus necesidades básicas y mínimas para subsistir, Y lo bueno es que el mundo cristiano tiene la capacidad y el poder para hacerlo, porque por nuestra generosidad y compasión, nuestra vocación de ayudar con desprendimiento y desinterés. Y nuestra caridad canalizada a través de organizaciones religiosas o ONGs dedicadas a la ayuda de los niños podemos hacer que cada día, y no una sola vez al año.Cristo se manifieste como la verdadera y autentica navidad a través del amor y la generosidad de los que creen Él.
Que nadie piense que digo todo esto para zafar del regalo para mi nieta Florencia, todo lo contrario es para poder hacerle un buen regalo pero con una mente mas abierta, un corazón mas sensible y una fe mas genuina.
Ricardo Orlando Chavez
sábado, 14 de diciembre de 2013
jueves, 5 de diciembre de 2013
OTRA HISTORIA DE AMOR
El tren de cargas que se dirigía de Córdoba con dirección a la Provincia de Santa fe, venía con tres vagones atestados de juntadores de maíz Entre ellos, un hombre joven de algo mas de treinta años, de estatura baja, de ojos verdoso oscuro, delgado y de pecho enjuto, acomodaba sus bagayos en un rincón del vagón. No eran muchas sus pertenencias, todas formaban un gran atado de utensilios, ropas de vestir y frazadas. La pava, el mate, una olla negra, tenedor y dos cuchillos de muy buena marca y mejor filo. Lo demás: algunas pocas ropas gastadas para usar en el trabajo y otras para cuando pudiera ir para el pueblo. Él como otros miles cada año venían de las provincias de San Luis y Córdoba, con pasaje gratis, buscando ser contratados en la cosecha del maíz que ya estaba por comenzar. Era un trabajo temporario pero trabajo al fin, pasado algunos meses debían volver a su lugar de origen, además no había mucho para elegir, era esto o nada.
El tren se detenía en cada estación dando la oportunidad para que quien quisiera bajar lo pudiera hacer, el hombre apresuró su paso para buscar sus cosas y se bajo en un pueblo apenas habían ingresado a la provincia de Santa fe. Podía intentar allí o en otros pueblos porque en todo Santa Fe y Buenos Aires la cosecha de maíz iba a ser muy grande. Apenas bajó del tren consultó a qué campo podía ir a contratarse. Le indicaron un campo cercano, mientras iba caminando alguien lo acercó en un sulky que continuó camino hacia otro campo. Como era de esperar fue contratado inmediatamente, le mostraron el galpón donde tendría que permanecer durante toda la temporada de cosecha junto con los otros juntadores. Acomodó sus cosas y salió al patio, todavía estaba con las ropas que venía viajando, tenía intenciones de lavarse en el molino. Entonces vio en la casa de los dueños del campo a una mujer que le pareció conocida, sin mucho dudar se acercó a ella. Conversaron un rato y allí descubrieron que eran vecinos desde niños allá en su pueblo cordobés; los patios de sus casas se encontraban, haciendo que prácticamente sea uno solo.Ella era un poco menor que él, sus ojos eran grandes, sus labios carnosos y su cabello negro ondulado
Así nació o renació una amistad que venía de muchos años atrás; la vida, el trabajo o la necesidad los había traído lejos de su lugar de nacimiento. Esta casi soledad los llevó a que fueran mas allá y se enamoraron. Ella trabajaba en la casa del chacarero y él con su maleta colgada a la cintura apenas asomaba el sol salía a recorrer los surcos para juntar maíz. Para el almuerzo podía verla de pasada cuando todos iban al galpón donde ella con otras personas les servían la comida. Después rápidamente a continuar con la cosecha hasta la puesta del sol, la paga era por tanto, entonces era muy importante llenar y vaciar varias maletas. Pero siempre hay tiempo para el amor, el cansancio se olvida, el mate renueva las fuerzas y las noches se hacen cortas para recordar y conversar.
Pasaron los días y los meses, la cosecha ya estaba por terminar, en medio de una de esas charlas ella le dijo que el amor había dado su fruto, estaba embarazada. Ahora correspondía dejar de recordar y comenzar a pensar en el futuro.Él decidió que no volvería a su pueblo y le pidió a ella que lo acompañara en la intención de vivir en un pueblo cercano desde donde se dedicaría a todo trabajo de campo. Ella aceptó, los juntadores de maíz cargaban sus bagayos y se dirigían a la estación. Pronto pasaría el tren carguero que los devolvería a sus tierras, la paga recibida les alcanzaría para sobrevivir varios meses. Pero ellos se quedaron aquí, y en el tiempo que correspondía nací yo. Siempre me gustó recordar que soy el fruto de un amor que nació en el campo, en medio del trabajo, el esfuerzo y quizás alguna necesidad. Las muchas aguas no podrán apagar el amor, ni lo ahogarán los ríos. Si diese el hombre todos los bienes de su casa por este amor, de cierto lo menospreciarían.Cantares 8:7
Ricardo Orlando Chavez Cuello.
sábado, 2 de noviembre de 2013
AMIGOS PARA SIEMPRE
Hace muchos
pero muchos pero muchos años, un niño
llamado Raúl tuvo la oportunidad de ser amigo del príncipe Jorge. Todo sucedió
a causa de que el papá de Raúl trabajaba como ayudante del jardinero real.
Cuando nació Jorge su papá el rey también llamado Jorge se preocupó porque no
tenía algún niño de la realeza con quien compartir algunas horas de juego.
Cuando comentó esto al jardinero, este le contó que uno de sus ayudantes tenía
un hijo de la misma edad de Jorge.
Así fue como
Raúl durante toda su infancia llegó a ser el mejor y único amigo del príncipe
Jorge. Aunque Raúl vivía lejos del palacio, desde muy corta edad ya había
aprendido el camino para llegar. También ubicaba la puerta de entrada de la servidumbre, a
partir de la cual recorría el largo pasillo bordeado de altos siempreverdes que
lo llevaba al patío donde compartían largas horas de juegos. Como ustedes se lo
imaginaran el mayor tiempo lo ocupaban jugando al Futbol. Jorge era muy
hábil con la pelota pero Raúl era más
fuerte e inteligente. Muchas veces los niños volvían a sus casas, es decir uno
a su casa y el otro al palacio, con algunos golpes en las piernas y hasta
alguna magulladura en el rostro. Como siempre sucede los niños se pusieron
sobrenombres el uno al otro. Raúl tenía su cabello muy enrulado entonces Jorge
lo llamó Rulo; este a Jorge lo llamó Cabezón, ustedes ya comprenderán el
porqué.
Como todos
sabemos los niños crecen y por una u otra causa sus vidas toman caminos
distintos. Con la muerte del padre de Jorge este llegó al reinado, mientras
tanto Raúl tenía una hermosa familia compuesta por su esposa y dos preciosos
hijos. Raúl tenía deseos de un mejor pasar para ellos razón por la cual pidió a su padre que le aconsejara
cómo hacer para pedirle al rey Jorge que le diera una porción de viñedos que
estaba en la parte sur alejada del palacio y que nadie estaba trabajando. El
padre le dijo que debía acercarse al palacio y pedir una audiencia para
llevarle este pedido al rey. Pero Raúl le recordó que el rey Jorge era su amigo
el Cabezón, y le pidió que
hablara con el jefe de los jardineros para poder tener un encuentro con su
amigo en los patios del palacio. Oportunidad que el aprovecharía para pedirle
la ayuda que estaba buscando. Aunque pareciera ser imposible, el encuentro se
pudo concretar, Jorge, el Cabezón, estaba muy feliz de tener a su amigo Rulo
nuevamente en el patio del palacio como en los viejos tiempos. Pasaron un día
fantástico recordaron, charlaron y… jugaron al futbol, con tanta mala suerte
que el Cabezón quedó con un ojo amoratado. Terminaba el día,
Raúl tenía que efectuarle el pedido a su amigo Jorge, entonces con toda
confianza de amigo a amigo se lo dijo: _Cabezón, vos no me ayudarías dándome la
porción del viñedo que está en la parte sur alejada del palacio?_ La repuesta
llegó rápidamente, poniéndole una mano sobre el hombro Jorge le dijo: _Con
mucho gusto lo haría pero aquí no puedo dártelo porque no tengo mis secretarios
y todos los requisitos del protocolo
para poder cedértelo, tendrías que venir mañana por la puerta principal
del palacio_ Raúl no quedó muy conforme con la respuesta de su amigo; de todas manera el encuentro había sido muy bueno,
salvo aquella respuesta.
Esa noche el
padre de Raúl se dio cuenta que estaba enojado, y cuando le preguntó que había
pasado en el encuentro con Jorge, Raúl lanzó todo su enojo: _ Lo que pasa es
que al Cabezón se le clavó la corona en
la cabeza y se olvidó que somos amigos_ El padre con toda sabiduría le explicó
que una cosa era la persona de su amigo Jorge y otra la envestidura que el
portaba. Era lógico que Jorge como rey pudiera darle esas tierras, pero como
amigo alejado del trono y de los elementos que lo conforman como rey no podía
tomar ninguna decisión importante. De muy mala gana Raúl acepto el consejo y decidió acudir al día siguiente al palacio
para hablar con el Rey Jorge quien
también era su amigo el Cabezón.
Al llegar se
le preguntó a quien debían anunciar, _A Raúl Villanueva_ contestó de muy mala
gana. El recorrido de los pasillos y las grandes salas le pareció interminable,
a cada instante tenía deseos de volverse y no hablar con el rey su amigo Jorge.
Finalmente llegó, allí estaba Jorge sentado en el trono con su corona, su
vestidos reales y todo su séquito, entonces dijo las palabras que su padre le
había enseñado: _ Oh excelentísimo Rey Jorge, si me permite abusar de su bondad
deseo presentar a usted una petición_ Todo esto tomando una posición de
reverencia e inclinando su cuerpo hacia
adelante demostrando respeto. Mientras esperaba una respuesta buscó el rostro
del rey, allí estaba, parecía imposible que fuera él, pero era el Cabezón, su
ojo amoratado de la tarde anterior lo estaba demostrando. Pero su rostro era
distante impenetrable indescifrable, entonces dijo: _Dime cuál es tu petición y
te la concederé_ A Raúl le resultó dudoso que ayer por la tarde le haya hecho
el pedido y ahora se olvidara de él. Pero de todas formas se lo dijo: _Si tu,
oh gran rey Jorge ,tuvieras la buena voluntad de hacer un bien a mi familia
esposa y a mis hijos dándonos la parte de los viñedos que están al sur alejado
del palacio nosotros estaríamos eternamente agradecidos_ Nuevamente inclinó su
rostro esperando la respuesta, el rey Jorge dijo: _ Te concedo estas tierras
para su labranza para ti y tu familia por las generaciones, pero nunca podrán
venderlas_ Y siguió diciendo: _ Y lleva mis saludos y deseos de bienestar a tu
familia en especial a tu padre_ Raúl
estaba agradecido entonces dijo: _Que Dios bendiga tu reinado gran rey Jorge_
Nuevamente inclinó su rostro, entonces escuchó o le pareció escuchar al rey
diciendo en voz muy baja: _Todo está bien, chau Rulo, amigos para siempre_ Buscó el rostro del rey, y
permanecía impenetrable, sin embargo le
pareció ver que en un momento, muy fugazmente le había guiñado un ojo. El ojo
sano, no el amoratado. Se quedó mirándolo por un momento, hasta que uno de los
ayudantes le indicó que se retirara caminando de espalda, siempre de frente al trono hasta que llegó a una puerta lateral que estaba a su derecha
hacia la cual se deslizó caminado de
costado, sin mostrar la espada al rey. Cuando caminaba de vuelta por
las salas y los pasillos le sonaban en su mente esas palabras: _Todo está bien,
chau Rulo, amigos para siempre_ Se preguntaba ¿fueron reales? ¿O fue mi imaginación? Finalmente
concluyó en que esas palabras eran el testimonio de que entre ellos existía una
entrañable y perdurable amistad. El rey Jorge era su amigo. Raúl llegó a su
casa y contó a su familia la buena noticia: el rey les había cedido esos viñedos
que les darían la posibilidad de prosperar.
Al otro día
el padre le explicaba a Raúl lo importante que es reconocer y respetar la investidura.
Es mejor tener un rey amigo que un amigo que es rey, primero la investidura. Mucho
más en el caso del trato con Dios, porque esto nos trae muchas bendiciones.
Dios es bueno, es como un amigo tal el caso del Cabezón y el Rulo, Pero también
Dios es Soberano y debemos acercarnos a
el con el respeto y la reverencia que se merece. Algunas veces es como que
podemos quitar a Dios sus vestiduras reales y su autoridad simplemente porque
lo tratamos como un amigo y no le reconocemos ninguna autoridad o poder, y nos
relacionamos en el patio del palacio. De esta forma estamos impidiendo
que nos llegue su bendición.
Muchas veces
es lamentable escuchar los nombres y el trato que se tiene para con Dios, aunque
se haga sin mala intención y por ignorancia. Lo llaman con nombres vulgares y
simples. Y todo esto se hace sin ninguna reverencia ni respeto. Pero qué
importante es recordar que cada vez que hablamos de Dios nos estamos refiriendo
al creador del cielo y de la tierra; al que junta en su palma las aguas de los
mares y toma con dos de sus dedos todo el polvo de la tierra. El Dios de toda
carne y de todo espíritu. El Dios Jehová de los Ejércitos celestiales. El Santo
de Israel. También el que fue, el que es, y que ha de ser. El que es el Alfa y
el Omega, el principio y el fin. El Padre de Jesucristo y nuestro Padre
Celestial. El Dios de Abrahám de Isaác y de Jacób. Siempre debemos recordar que
estamos hablando del Dios que puede calmar una tempestad pero que también puede
hacer que el mar brame desde las más grandes profundidades. Que pude hacer que
llueva fuego del cielo y puede hacer que las llamas y lavas suban al cielo desde los grandes volcanes. El Dios que puede transformar el
desierto en un vergel y una pradera en un arenal. El Dios que cuando cierra
nadie abré y cuando abre nadie cierra. El Dios que conoce tus palabras aun
antes de que lleguen a tus pensamientos. Estamos hablando del Dios que dividió
las aguas para que su pueblo pasara por tierra firme, que abrió la tierra para
que tragase a los rebeldes, que hizo que lloviera el maná durante cuarenta años
para que su gente no pasara hambre. El Dios que alimento a miles con solo
algunos panes y peces. Estamos hablando del Dios que resucita los muertos.
Nuestro trato no puede ser vulgar e irreverente porque estamos hablando de un
Dios terriblemente poderoso que llena de un escalofriante temor a todo aquel
que se llega ante su presencia. Estamos hablando de un Dios monumental que hace
que el hombre se sobrecoja al ver su imponente poder.
A ese Dios Creador del cielo y de la tierra, Padre de Jesucristo, y que también es nuestro Padre Celestial, sea la honra el respeto y el honor y desde su trono eterno envíe su bendición sobre nuestras vidas. Nuestro Dios poderoso y eterno Soberano también es nuestro amigo y seguramente que estando frente a él podremos sentir el fuerte afecto que experimento Raúl cuando escuchó aquellas palabras: _Todo está bien, chau Rulo, amigos para siempre_
A ese Dios Creador del cielo y de la tierra, Padre de Jesucristo, y que también es nuestro Padre Celestial, sea la honra el respeto y el honor y desde su trono eterno envíe su bendición sobre nuestras vidas. Nuestro Dios poderoso y eterno Soberano también es nuestro amigo y seguramente que estando frente a él podremos sentir el fuerte afecto que experimento Raúl cuando escuchó aquellas palabras: _Todo está bien, chau Rulo, amigos para siempre_
Ricardo Orlando Chavez de mi libro El Guerrero (no publicado)
viernes, 18 de octubre de 2013
EL MEJOR REGALO
Junto con el día de la madre siempre surgen dos consideraciones que creo que son importantes pero tampoco podemos decir que sean tan fundamentales. Una de ellas es la cuestión del regalo. Aquí entra en juego si el regalo es para la mamá o para la casa o el trabajo o la ocupación de ella. Es decir que regalarle un cocina nueva no es un buen regalo, lo mejor sería unos simples aros u otra cosa que sea de uso personal. El otro planteamiento es que: todos los días tiene que ser el día de la madre, y que acordarse de la madre solo una vez al año es el proceder de un mal hijo o hija. Y aquí se suma todo esto de la parte comercial y mercantilista de nuestra sociedad exageradamente materialista.
En Proverbios 10:1 dice: el hijo sabio alegra al padre, pero el hijo necio es tristeza para su madre. Este dicho del sabio Salomón deja ver a las claras que muchas veces la alegría o la tristeza de una madre no tiene que ver con el regalo recibido en su día decretado por el consumismo. Creo que no hay dudas de que el mejor regalo para una madre es recibir una alegría de parte de sus hijo. Cuando son niños podría ser una muy buena libreta de calificaciones sin que esto tenga la obligación de que ya mayores la alegría tenga que ser obtener el titulo de Honoris Causa en alguna ciencia o profesión. Pero esto es más profundo, porque Salomón habla del hijo sabio o necio, y esto no siempre tiene que ver con algún titulo académico o un logro deportivo. La sabiduría o la necedad tiene que ver con la vida diaria, la vida común. Tiene relación con la responsabilidad, la ética, la moral, el respeto, la generosidad, la ayuda al prójimo. Una madre es feliz cuando su hijo es respetado por la sociedad por su vida honrada y reconocen su interés por el bien de la comunidad. Para mi fue una sorpresa ver que Diego Maradona reconocía que su adicción a las drogas había hecho daño (entiéndase: tristeza, preocupación, vergüenza, angustia y muchos otros males) a su madre a sus hijas y a su esposa..
¿Puede ser que el individualismo o egoísmo y la idea de una falsa independencia lleve a los hijos a pensar que los actos, hechos, o sucesos de su vida tiene solamente que ver con él, y no comprenden que hay una madre que recibe el impacto de los "regalitos" ya sean buenos o malos? ¿Un hijo es un mamengo si siempre tiene presente que cada paso dado en el camino de la vida va a afectar a su madre? Pero por otro lado ¿La madre deja ver en forma clara e inequívoca a su hijo que el mejor regalo que le pude dar es llevar una vida ordenada, disciplinada, honrada, transparente, alejado de las malas costumbres y los vicios? Siempre es bueno fortalecer este tipo de vinculo para que el hijo recuerde que aunque "la vieja es de fierro" debe cuidarla. Y que por mas alejado e incomunicado que este siempre su proceder estará afectado a su madre.
No es cuestión de meterle culpa a nadie, gracias a Dios si entendemos que tenemos que corregirnos en algún aspecto tenemos la oportunidad de pedir perdón y tomar la firme determinación hacer las cosas bien. Cada día es el día de la madre y cada día y a cada paso estamos envolviendo un "regalito" para ella. Porque el hijo sabio trae alegría pero el hijo necio trae tristeza.
Ricardo Orlando Chavez
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